martes, 30 de agosto de 2011

Amores a distancia.


Cuando mil kilómetros nos separan
-kilómetros más, kilómetros menos-
y nos deseamos
en ciudades diferentes
separadas entre sí
el cordón umbilical es el teléfono
oigo tu voz
me como tus vocales
devoro tus eses y tus eles
me palpita el sexo con tu risa
nos contamos las cosas del día
“me ha entrado un apetito voraz”, me dices
y enumeras una lista inverosímil de alimentos
incompatibles entre sí
pimientos verdes y chocolates
empanadillas y lentejas
arroz con leche y pisto.
En cambio yo no he conseguido comer nada
el estómago cerrado como una tapia
la tapia de tu ausencia
el hueso duro de los mil kilómetros de distancia.
Tú engordarás
yo me volveré anoréxica
“un amor romántico” anotarás en tu dietario
“una pasión autodestructiva”, sentenciaré yo,
siempre pesimista
y la Telefónica lucrará con nuestras cuentas
la Telefónica aumentará sus ganancias
el cordón umbilical
el hilo estremecedor del cable
o el móvil, señores y señoras,
a veinticinco pesetas el mensaje.


Cristina Peri Rossi

1 comentario:

Cometa errante dijo...

Cuando mil kilómetros nos separan
-kilómetros más, kilómetros menos-...

...y los dedos hacen desaparecer de un plumazo la distancia :)

P.Moore